lunes, 7 de noviembre de 2016

PARECE QUE SÍ, QUE TIENE FUTURO

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Hace unos días les decíamos que dudábamos, visto lo visto, que la estación de autobuses tuviera futuro. Su estado, su aspecto general, la ausencia de servicios que debía proporcionar a los usuarios y su mal estado general, especialmente para quienes visitan su recinto, nos hacían dudar seriamente de sus posibilidades de recuperación. Hoy venimos con un mensaje claramente diferente y queremos compartir con ustedes lo que hemos tenido oportunidad de comprobar la semana pasada con la estación de autobuses como referencia. En principio, porque las obras de recuperación se han iniciado y el proceso marcha con inusitada rapidez: servicios para el público, que han quedado diferenciados claramente y dignamente equipados; nueva distribución del espacio dedicado a la cafetería-restaurante, cuidando los detalles y permitiéndole un detalle que lo diferencia claramente del anterior, ya que desde el interior se podrá ver el movimiento de personas y autobuses. El concesionario del nuevo servicio de hostelería de la estación ha previsto horarios lógicos, es decir, desde primeras horas de la mañana y últimas de la noche, con nuevo mobiliario y nuevos servicios generales para los viajeros y clientes en general. Al mismo tiempo se ha activado un pequeño establecimiento en el que poder adquirir artículos propios para el viaje y prensa diaria.

Las policías local y nacional tendrán sus dependencias en las que poder desarrollar sus respectivas tareas, especialmente las dedicadas a control de viajeros y visitantes, al tiempo que evitan el pillaje o el robo que pudiera producirse en el recinto. Naturalmente, esta presencia activará por sí misma una seguridad añadida que llegará al viajero en forma visual y que le transmitirá tranquilidad, porque recordemos que las estaciones de cualquier clase, por la aglomeración de personas que asumen, suelen ser zonas o recintos en los que los robos se dan con más frecuencia que en otros puntos de las ciudades. Naturalmente, otra inconveniencia que ha sido denunciada por infinidad de personas está relacionada con la iluminación y el equipamiento exterior de la estación, en la que echamos de menos puntos de luz en donde ahora es oscuridad y, por eso, peligro. En cuanto al acceso de los peatones a la zona de aparcamiento o dársenas de los autobuses, es evidente que no se ha delimitado adecuadamente nunca y que esta situación ha generado y genera momentos de peligro para los peatones que entran y salen del recinto, y no menos para los conductores de los autobuses, que se ven obligados a cuidar con extremo la presencia o no de personas.

Finalmente, la totalidad de la zona va a ser retocada allí donde los técnicos han detectado dificultades de movilidad y de aproximación de los usuarios, para los que construirán unos accesos especialmente delimitados de entrada y salida, y así evitar el mal uso que ahora se hace, como hemos dicho, por parte de algunas personas. Así, compartir que nuestra estación de autobuses sí tiene futuro y que no tardará en ser una buena tarjeta de visita de entrada y salida para quienes la utilicen, proporcionando nuevos servicios y posibilidades de adquirir recuerdos y artículos propios de nuestra ciudad, nos sirve para animarnos y compartir con todos ustedes lo que sin duda acabará con un problema que hasta ahora no había sido tratado con la medicación adecuada. Evidentemente, la recuperación de nuestra estación de autobuses confirma que si se quiere se puede; otra cosa es arrinconar el problema a la espera de que se arregle solo.