miércoles, 16 de noviembre de 2016

CUIDADO CON LAS PROMESAS

Imprimir

Nuestros políticos tendrán que aprenderse técnicas diferentes a las usadas hasta ahora si quieren conseguir de nosotros, de los ciudadanos, apoyo para sus proyectos, causas o sueños, que de todo hay, como en la viña del Señor, en la de ellos. Y es que desde que nos prometieron mejorar el camping y el cine Avenida, y luego comprobamos en nuestras carnes lo que acabaron haciendo con tantos metros cuadrados a cuatro pesetas (porque entonces aún se valoraba en pesetas), la verdad es que la decepción aún nos dura y estamos convencidos de que perdurará en el tiempo por años y años. Esto viene a cuento porque fue en el 2003 cuando, siendo alcalde Antonio Cuenca, se inició lo que sería una realidad en dos o tres años y que aún hoy, a menos de dos meses de que finalice 2016, o sea, casi trece años después, aún nos siguen hablando de la futura plataforma intermodal, puerto seco o como quiera que se llame lo que aseguran van a construir en los Llanos del Sotillo y que, por si faltaba algo, le han añadido la frase mágica que anuncia la generación de cientos de puestos de trabajo. Pues no, miren ustedes, no estamos precisamente para promesas de este tipo, y más cuando llevamos años y años esperando mejoras mucho más baratas para el inversor y que sí que nos mejorarían la vida de manera tangible.

El Consejo Económico y Social de la provincia ha entrado en nuestra ciudad y ha valorado determinadas zonas de nuestro término municipal. Sus conclusiones deben ser leídas por cuantos más de nosotros mejor, pero sobre todo por la clase política local, autonómica y nacional, que para eso tienen directa responsabilidad en nuestro futuro. Sin ir más lejos se han adentrado en el parque natural Sierra de Andújar y, en su estudio y disección, han llegado a la conclusión de que es el peor tratado de los cuatro de la provincia, que demanda inversiones públicas con urgencia y por supuesto un mejor trato administrativo. A la carretera la valoran con un cero patatero y muy especialmente la que, desde el cruce del santuario, continúa hacia la provincia de Ciudad Real. Y con razones objetivas, porque para ser una carretera nacional la verdad es que, sobre todo en nuestro término municipal, porque cuando entramos en las autonómicas de Castilla-La Mancha el asfaltado, el ancho y la señalización son otro mundo, la tachan de vergonzosa.


Ahora, en unos días, parece que lo del carril-bici entre Andújar y Zumacares prometido por Felipe López, a la sazón consejero del gobierno andaluz, lo mismo que ya hizo con la señalización en la carretera que avisa a los usuarios de la presencia de ciclistas en la calzada, va a ser una realidad. Tendremos oportunidad de comprobarlo la semana próxima, aunque lo que nos han adelantado es que será una realidad en breve. Lo que ocurre es que han sido tantos años a la deriva, sin conocer si quiera si existía futuro para Andújar, que lo de estar permanentemente con la mosca detrás de la oreja y no creernos nada de lo que nos cuentan es una consecuencia lógica del trabajo mal hecho que se ha realizado. Quizá por eso deberíamos calmar nuestras justificadas ansias de justicia y dar un margen de confianza a quienes llegan a nosotros con proyectos que realizar. De hecho, dependiendo de dónde coloques la grabadora, así será nuestro ansiado derecho a ser iguales.