martes, 15 de noviembre de 2016

NUESTRO HOSPITAL Y LOS POLÍTICOS

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Lo primero que se nos ocurrió cuando recibimos el comunicado del Partido Popular de nuestra ciudad, relacionado con el hospital y muy particularmente exigiendo el cierre de la UCI por contaminación, fue colocarlo en la sección de cuarentena. Y es que, después de tantos años entre los habituales “y tú más” al que nos tienen acostumbrados las mujeres y los hombres de la política, nada mejor que esperar acontecimientos. Es más, cualquier medio que se precie debe o debería saber que estas noticias las carga el diablo y que lo mejor es poner en marcha la máquina de la información, que para eso forma parte de nuestra tarea diaria y es imprescindible cuando se quiere hacer bien el trabajo. Luego, una vez comprobada su falta de rigurosidad o no y, más aún, el interés del Partido Popular en Andalucía de manchar nuestra Sanidad pública (y para eso solo hay que atender los enfrentamientos que mantienen populares y socialistas en el Parlamento andaluz), confirmamos lo que solo eran sospechas. Afortunadamente, seguro que pronto cambiarán de estrategia y dedicarán sus esfuerzos a menesteres quizá más exitosos por la importancia del colectivo que lo padece, como debía ser el caso de la red vial provincial, en donde destaca el pésimo estado de la Nacional IV y no solo la carretera entre Andújar y Jaén, que también.

Pero lo que de verdad nos preocupa es el daño que se le ha inflingido gratuitamente al hospital como entidad y a los profesionales que en él desarrollan su trabajo, que hacen por cierto con entrega al límite, con una gran capacidad de sacrificio y acierto, y no siempre en las mejores condiciones laborales. De hecho, mucho antes de que la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía emitiera su comunicado oficial, los empleados del Alto Guadalquivir mostraban su preocupación por la interpretación sesgada, y no menos interesada, que hacía este partido político de lo que es estrictamente su labor diaria. Por lo que hemos podido leer y por lo que escuchamos, no obstante, el éxito del comunicado entre sus incondicionales lo podemos calificar como de éxito porque llega que acompañado de una serie de comentarios y falsas afirmaciones que alguien debería calificar y entregar en el juzgado de guardia, porque lo evidente es que el hospital y sus profesionales han salido muy mal parados en un enfrentamiento en el que se les ha tenido en cuenta exclusivamente para dañar su expediente. Entre nosotros, muy dados en tomar partido y colocarnos en los sitios más extraños cuando de opinar se trata, como lo que se lleva es echar por tierra cualquier esfuerzo personal o colectivo, los habituales han encontrado en esta información un filón y han participado con saña y mala leche en descalificar lo que en el hospital se viene desarrollando diariamente.


La Junta de Andalucía ha sido contundente y rápida en la respuesta y queda claro que para sus órganos de gestión y control todo ha sido un bulo que se mantendrá en el tiempo hasta que salte otra noticia que lo anule. Sin embargo, lo que nos debe interesar es la realidad del estado del recinto sanitario y la autoridad responsable ya nos ha informado de cuál es la situación en estos momentos y desde luego que está muy alejada de la denuncia o exigencia del Partido Popular. Dejar trabajar a quien tanto bien nos proporciona, tanto servicio nos hace y tanta tranquilidad nos infunde debía ser la línea a seguir cuando de valorar lo que hacen los demás se trata. Una vez más, no todo sirve en política, aunque en este caso, además, huele a trabajo sucio.