lunes, 28 de noviembre de 2016

EMPLEOS TEMPORALES EN ALZA

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Aceptar que, aunque desigual e injustamente, estamos saliendo de la crisis que en el año 2007 pusieron en marcha los mismos de siempre, quizás porque veían que la clase obrera prosperaba con demasiada prisa, creemos que no es nada desproporcionado, pero tendremos que aceptar la opinión de quienes nos escuchen o lean porque la realidad cada uno la relata según le va. Por lo tanto, teniendo en cuenta las cifras de pobreza real que estos días nos llegan, alegrarse de que a algunos les vaya mejor que a otros es un detalle opcional que no todos están dispuestos a compartir. Y se entiende también que sea así porque de por medio, en el absoluto caos en el que se desenvuelve el mercado de trabajo, encontramos todo tipo de historias de miseria y pobreza que echan abajo la estrategia de algunos de nuestros políticos, que tienen como fin convencernos de que ya estamos fuera de los años negros que nos han hecho vivir y que todo va a mejorar en poco tiempo. Ojalá fuera así, aunque no debemos esperar nada de quienes, por activa y pasiva, han participado directamente en hundir al mundo laboral hasta profundidades desconocidas. Si ahora consiguen remontar su propia crisis, mejor para todos, pero que sepan que sabemos que habrán conseguido restablecer lo que ellos y nadie más que ellos ayudaron a crear.

Lo que sí nos alegra sinceramente es el hecho de que, obligados como están los miles y miles de empresarios que viven específica o mayoritariamente de las ventas navideñas, generarán de aquí a enero más de un millón de empleos. Que sí, que ya sabemos de qué tipo de puestos de trabajo se trata, es decir, por tiempo limitado, de un sueldo mísero, de una Seguridad Social mínima, con muchas horas por desarrollar y de escaso aprendizaje para el recién llegado, pero tal y como está la situación, algo es algo. De hecho, cuando preguntamos entre los que han conseguido un empleo para estos días de compras masivas, lo primero que observamos y nos dicen es que, por fin, tienen un trabajo y que están deseando que llegue el día en que puedan desempeñarlo. Lo que sí saben estos recién llegados al mercado laboral, convencidos de que un buen comportamiento, mostrar dedicación desde el primer día, no tener en cuenta los esfuerzos que tendrán que hacer y aprender en dos o tres jornadas, cuál es su tarea y, sobre todo, aprenderse rápidamente lo que a su jefe le interesa, puede serles de mucha utilidad por si finalmente el empresario se ve en la necesidad de incorporar a alguno de los nuevos y ellos pueden ser la mejor opción.


Por supuesto, sabemos que los que se aprovecharán y mostrarán su infinita satisfacción serán los de siempre, o sea, los mismos que nos metieron en el agujero negro en el que nos encontramos, que sacarán pecho, aprovecharán micrófonos y cámaras y se arrogarán cualquier esfuerzo realizado por el mundo empresarial, asegurando que el éxito se debe a ellos y a sus políticas sociales. Luego, como siempre, el tiempo nos devolverá a la realidad y la situación recuperará su oscuridad para quienes vieron la luz uno o dos meses. Por cierto, que no faltarán los que solo disfruten de horas de trabajo; sí, porque la hostelería contrata a los empleados por este tiempo sencillamente porque los necesita exclusivamente para los servicios de cenas y comidas familiares o de empresas. Esta es la verdad, aunque solo sea en parte, porque les podemos asegurar que hemos incorporado a nuestro comentario de hoy dos ejemplos que pueden servirnos como referencia para interpretar correctamente al resto. Aplicarse al trabajo que nos consigan es lo mismo que agarrarse a un clavo ardiendo para miles de chicos y chicas que disfrutarán de su primer empleo por cuenta ajena. Suerte para todas y todos. Desde luego, merecido sí que lo tienen.