Según las estadísticas de criminalidad, en
España se registra un robo cada tres minutos; más concretamente, los robos con fuerza en domicilios
aumentaron en un 7,7 % en el primer trimestre del año pasado con respecto al mismo
período de 2015. Sabemos que el riesgo de sufrir robos, hurtos o atracos con
fuerza se dispara en los meses de verano, precisamente cuando las familias
tienden a dejar sus hogares
desprotegidos por más tiempo, desde semanas, quincenas o meses. El Instituto
Sondea ha desarrollado un estudio por encargo de una afamada empresa de seguridad española y de
él se desprende que un número importante de españoles, próximos al cincuenta
por ciento, dejará su residencia habitual entre 15 y 30 días este verano,
aunque se imponen los diez-doce días. Naturalmente, son estas fechas cuando los
amigos de lo ajeno, que siempre están atentos a las costumbres de la familia
antes de decidir atacarles o no, aprovechan de la falta de seguridad existente
en muchos de los pisos y casas abandonadas por vacaciones para entrar a saco y
llevarse todo lo que de valor encuentren a su paso. Pero no siempre es así,
porque comprobado está que el objetivo de los ladrones es muy amplio y que no
siempre se detienen cuando comprueban que la vivienda está ocupada por alguien;
concretamente, en uno de cada diez robos había algún miembro familiar en el
interior del piso, lo que se convierte en una situación altamente peligrosa y
no menos traumática para quienes la padecen. De hecho, las consecuencias
directas e inmediatas que se derivan de una situación tan impactante como
estresante lleva a las personas que las han vivido a padecer un gran impacto
psicológico y emocional de envergadura, además de que reconocen que no se
sienten seguras en sus casas luego de sufrir esta experiencia.
Naturalmente, si mantenemos nuestra
propiedad protegida frente a cualquier tipo de intrusión o ataque, muchos de
los problemas que se derivan de no cuidar este detalle acaban pasándonos
factura. De ahí que incluso sea más importante mantener la vivienda protegida
cuando está la familia en su interior que cuando sale de vacaciones. Por lo que
sabemos, las medidas de seguridad que conocemos y que tenemos en el mercado a
nuestra disposición, como podían ser rejas en ventanas o las puertas blindadas,
no siempre son efectivas; entre otras razones, porque los ladrones saben cómo
eludirlas y permanentemente están desarrollando nuevas formas desde las que
anularlas de modo fácil.
Por ejemplo,
el aumento registrado por robos con microcámaras, inhibición de
frecuencias o sabotaje de cerraduras ha sido muy importante, lo que sido el
detonante y la causa de que actualmente la sensación de inseguridad haya
aumentado y que siete de cada diez españoles consideren que hay más robos y
menos seguridad actualmente. Para la mayoría de los encuestados que han
permitido la edición del estudio realizado por esta empresa, las alarmas con conexión a central receptora
son la medida de seguridad más efectiva, concretamente en un 36 %, seguida
por la vigilancia privada, un 25 %, las puertas blindadas, un 12 %, y las
cámaras de seguridad, un 8 %. Ahora somos nosotros los que debemos adoptar las
medidas que creamos más efectivas para conseguir un hogar y una familia más
segura.