lunes, 6 de febrero de 2017

EL FUNCIONARIADO Y SU IMPORTANTE LABOR

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Desde hace unos días, los empleados del Ayuntamiento, los conocidos como funcionarios, buscan el apoyo social que entienden merecen y necesitan para desarrollar sus tareas como la ciudadanía espera. Su objetivo: erradicar en lo posible la mala imagen que en general se tiene de ellas y de ellos, al tiempo que acercar su importante papel a la comunidad que representan. Evidentemente, se trata de una campaña de imagen que entendemos era muy necesaria y que ojalá consiga su objetivo, que ya hemos dicho solo persigue enfrentarse diariamente a su trabajo con la honestidad y coherencia que lo han hecho siempre. Al tiempo, evitar que en la calle se siga generalizando despectivamente sobre su entrega, capacidad y rendimiento. Para ello, como lo primero debería de ser mostrar a la ciudadanía la verdadera realidad del trabajo del funcionario, nada mejor que aclarar que la burocracia en la que se desenvuelven, que tanto enmaraña y condiciona su dedicación y que tanta tinta se ha utilizado para la crítica, para nada tiene que ver con ellos- Es la clase política la que se encarga de programar sus respectivas tareas y los que les obligan a seguir los pasos marcados para realizarlos, que casi siempre son lentos y complejos para las personas que acuden a solicitar sus servicios.

Como en cualquier empresa privada, nuestro Ayuntamiento busca la excelencia en sus entregas y para ello es fundamental el papel que juega el funcionario, que es quien finalmente soluciona el problema del ciudadano y el que permite la viabilidad de la demanda solicitada. Por supuesto, el desconocimiento que del trabajo que se desarrolla en la Casa Consistorial se tiene desde fuera, independientemente de la interesada critica que muchos animan, permite todo tipo de habladurías y desencuentros, y aunque es cierto que no faltan los que ayudan descaradamente a mantener la imagen de despreocupación y de dejación de sus respectivas responsabilidades, la realidad podemos afirmar que es todo lo contrario. Para éstos, por cierto, que a nadie se le escape que son mala hierba y que no estaría de más que se cortara de raíz cuanto antes. Para el resto, que son mayoría, respeto y consideración. El día a día del Ayuntamiento necesita de la preparación de su funcionariado, el único capaz de ejecutar los mandatos que les llegan procedentes de los dirigentes políticos y las Administraciones y quien finalmente solventa el problema planteado.

Lo de generalizar no es la mejor decisión y desde luego que en el caso que nos ocupa, además, es injusto y falso. Naturalmente, si el que está realmente obligado a controlar los excesos o inhibiciones de quienes proporcionan una muy mala imagen de sus compañeros, que no es otro que el político, lo mejor es invitarle a que actúe, a que tome las decisiones apropiadas y legales que eviten estos abusos y que controlen las obligaciones de todos, que es lo menos que deben exigirle, ya que, sin comérselo ni bebérselo, el resto recibe diariamente la bofetada del ciudadano en forma de menosprecio a su tarea. Coincidimos, por tanto, con quienes han entendido que lo mejor es enfrentarse al problema desde lo más íntimo y mostrarse a sí mismos tal y como en realidad son. Mientras que ellas y ellos luchan por la consecución de este justificado objetivo, los grupos políticos deberían trabajar en la misma dirección y facilitarles el equipamiento que necesitan para desarrollar sus respectivas tareas con diligencia y éxito.