El sueño de toda una ciudad se ha hecho realidad este
fin de semana. Luego de infinidad de contratiempos, en donde la meteorología
determinó su inmediato futuro y donde se conjuraron intenciones en busca del
éxito, la sexta edición de Andújar Flamenca salió adelante. Conforme los negros
nubarrones se iban acercando a nosotros, la viabilidad del mayor encuentro de
la moda flamenca en la provincia y uno de los primeros en Andalucía, los contratiempos
iban ganando terreno e imponían sus condiciones, todas negativas, todas imponderables. Solo la fuerza y el
convencimiento por el sí de la organización, repleta de espíritus valientes y
esforzados deseos, determinó la viabilidad de la convocatoria de este año. Días
completos de incertidumbres, malos augurios para las diferentes propuestas y
preocupación para la que aparecía sencillamente como imposible, iban imponiendo
con fuerza su inmediato futuro de forma que la suspensión del encuentro flamenco
planeó demasiadas veces sobre los organizadores. Afortunadamente, fue aparecer
el Teatro Principal entre las ideas propuestas y comenzar la cuenta atrás de lo
que hemos tenido oportunidad de vivir desde el jueves hasta el domingo por la
mañana. Andújar Flamenca, un año más, ha traído hasta nosotros, para el
disfrute de los asistentes y de quienes han tenido oportunidad de seguir la
fiesta flamenca a través de los medios de comunicación, lo último, la auténtica
moda flamenca, lo que se cuece en los talleres de los maestros y maestras de un
arte que fluye de la imaginación de la gente del Sur.
La “crème” de este contrastado arte vino a nuestra
ciudad en busca de las posibilidades reales que les ofrece un escaparate
completo para sus creaciones, porque eso es lo que ha conseguido en solos seis
años Andújar Flamenca, atraer sin condiciones
a quienes son conscientes de que la proyección que aporta nuestra feria
de faralaes es única y está a la altura de los mejores encuentros que se
convocan en Andalucía. Es más, muchos han sido los creativos que se han quedado
con las ganas de pasear aquí su moda debido a que quienes conocen su potencial,
los que han probado las mieles del triunfo entre nosotros, no pierden la
oportunidad de conseguir un hueco en la próxima convocatoria. La ampliación de
una tarde más, concretamente la del jueves, ha sido, por otra parte, una forma
de agradecer la organización el empuje y la fuerza de nuestra gente, de
nuestros creativos más próximos, que tuvieron la oportunidad de compartir con
los asistentes al teatro lo que hasta ese momento encerraban en sus talleres.
En cuanto al público, un sobresaliente para su
comportamiento. Obligados que estuvieron a dividir su presencia con los que
quedaban fuera a la espera de hueco para asistir a la colorida fiesta, con una
climatología adversa y nada propicia para la espera, soportó estoicamente hasta
que le llegó el deseado momento, cuando los que estaban dentro, de forma
ordenada y rápida, les cedieron su espacio para que vivieran, como ellos, la
mayor exposición de trajes de flamenca
sobre una pasarela. Todos los que están autorizados para agradecer la
disposición de la ciudadanía, su apoyo, el silencioso adelante que han firmado
en esta ocasión, no dudan en afirmar que han sido fundamentales para su
celebración. Llegados a este punto, hablar de consolidación cuando tantos
contratiempos se han superado, tantos empujones han recibido, no tiene sentido.
Lo que no queremos obviar ni escatimar son las gracias a todas las personas
que, formando parte de la organización, del sonido o las imágenes, de la aguja
y el dedal, de la puesta en escena con las chicas y chicos que han lucido en
pasarela, del control de la entrada y salida de los espectadores, de la
locución, los cantantes y la imagen, han puesto mucho más de lo que les
correspondía para engrandecer el encuentro. Apartado especial para las personas
que desde la Cámara de Comercio, el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta de
Andalucía, además de las firmas que han patrocinado el evento, lo han hecho
posible. Andújar Flamenca camina con fuerza gracias a todos ellos.