La Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico, cuyas siglas son OCDE, y que no
es otra cosa que el club de los países más industrializados del mundo, ha dado
a conocer un estudio en el que podemos leer que en nuestro país el desempleo se
mantiene en niveles muy altos, especialmente entre los jóvenes y los parados de
larga duración; también afirma que España disfruta actualmente de una sólida
recuperación económica, detalle que induce a la incongruencia, puesto que si nos
recuperamos, ¿cómo es posible que no hayamos dado con el problema más
importante que tiene el país y no lo hayamos solventado? Pero hay más, ya que en este mismo estudio
podemos leer que la pobreza también ha aumentado, principalmente por la falta
de un empleo de calidad que proporcionara a los ciudadanos horas de trabajo
suficientes e ingresos adecuados. En este punto coincide con la opinión que
desde Europa le llegó a nuestro país, según la cual el crecimiento ha llegado a
España, pero mucho cuidado porque se está dejando a muchos atrás. En cuanto a
las previsiones económicas de crecimiento que nos esperan, aseguran que será de
dos décimas por encima de las previsiones conocidas en noviembre;
concretamente, pasarán del 2,3 al 2,5 %. Para este exclusivo club, mejorar la calidad del empleo es una de sus constantes y que podemos comprobar a lo
largo de las casi setenta páginas del estudio dado a conocer.
Para sus
técnicos, es fundamental que España consiga incorporar a un mayor número de
personas al mercado de trabajo, aunque debe centrarse en la calidad del empleo
para asegurarse de que las ventajas del crecimiento se comparten entre un mayor
número de ciudadanos. De acuerdo con el análisis realizado, el mercado de
trabajo se caracteriza por contar con una elevada proporción de trabajadores
temporales, fundamentalmente jóvenes y empleados con sueldos bajos. Y son estos
precisamente quienes más sufren el desempleo, al tiempo que existen unos
niveles muy elevados de desempleo de este tipo, dando por hecho que estos
factores corren el riesgo de afianzar las desigualdades e incidir negativamente
en un crecimiento futuro y en la cohesión social. Según la OCDE, la temporalidad
es el resultado, entre otras causas, de
los bajos niveles de productividad que se dan en nuestro país. Este problema
también se debe a una deficiente innovación empresarial, una asignación
ineficiente de capital a empresas de baja productividad y unas barreras de
entrada para quienes quieren crear y hacer crecer una empresa. Para atajar la
pobreza, según esta organización, no existe otro camino que fijar el objetivo
de reducir el paro, adoptar políticas más acertadas para reducir la pobreza y mejorar
la calidad del empleo a través de una mejor cualificación.
La mejora de la
situación pasa también por generar un crecimiento más inclusivo que participara
activamente en la reducción del paro. Para eso, su propuesta sería la de reformar
las políticas activas y reducir cuotas sociales, especialmente la de los
empleos indefinidos con sueldos peor pagados. Por ejemplo, propone mantener la
exención sobre la cotización de los primeros 500 euros, pero solo para los
sueldos peor pagados. En definitiva, datos muy interesantes los que nos
proporciona la OCDE y de la que, especialmente la clase política, debería sacar
conclusiones.