jueves, 30 de marzo de 2017

¿PRODUCTOS CATALANES?

Imprimir

Cuenta la crónica social y política catalana, que sus empresas, que sus productos más emblemáticos, han perdido miles de millones de euros por la caída de sus ventas. Y es así si comprobamos que mientras Madrid recibe a diario a empresas con intención de instalarse en su territorio, en Barcelona huyen en el mismo número hacia lugares en los que no peligren sus respectivas producciones. Comprobamos, pues, que independientemente de que estos empresarios sean o no catalanes de lengua y corazón, lo de la pela es la pela y allá donde les aseguren mercado y por tanto continuidad para sus inversiones y la correspondiente rentabilidad, es donde finalmente asientan sus reales y se dedican a lo que mejor se les ha dado a lo largo de los años. Lo que extraña es que siendo estos señores, los ciudadanos catalanes en general, tan inteligentes como presumen y tan virtuosos en todo, no hayan caído, antes de iniciar el proceso de separación del Estado, en la cuenta de que el resto de ciudadanos, por muy torpes que seamos para ellos, por muy analfabetos que aseguran en sus diferentes opiniones que somos, iban a permanecer impasibles ante el demoníaco ataque que han emprendido en contra del resto de España. Para una gran mayoría de ellos, los españoles los robamos, esquilmamos sus beneficios y los sometemos a todo tipo de vejaciones. De hecho, muchos de sus dirigentes más destacados (también en lo de robar dinero público sobresalen del resto) afirman en mítines y congresos que, por ejemplo, en Andalucía no paga nadie, ni siquiera “la mare de Deu”, que ya es decir. Que lo nuestro, lo que de verdad nos va, es dedicarnos a disfrutar del bar desde la mañana a la noche mientras que ellos están todo el día generando ganancias para sus empresas. De entre los más radicales independentistas, miren ustedes por dónde, los que en su día emigraron desde Andalucía a tierras catalanas en busca hogar en donde vivir y empleo del que disfrutar, que no dudan en apoyar lo que escuchan de sus próceres políticos. El Rufián ese, el chico de Izquierda Republicana, sin ir más lejos, tiene sus raíces, y profundas, en La Bobadilla, muy cerca de Alcaudete, y ya lo ven, no solo habla perfectamente catalán, sino que reclama para Cataluña la independencia y afirma sin ruborizarse que en Andalucía somos todos unos subvencionados que vivimos de la limosna que nos llega desde Cataluña. Y si no lo ha dicho, lo piensa.


Que el resto del Estado, cansados los ciudadanos de recibir los exabruptos de tanto catalán independentista sin justificación alguna y firmando mentiras como catedrales, deje de comprar productos de esa hermosa tierra, que desde hace unos años compruebe la procedencia de lo que se compra cuando antes solo miraba la fecha de caducidad, que algunos de esos productores ahora se lamenten de la caída de las ventas sufrida por su fabricados, sinceramente no lo entendemos. ¿Tan analfabetos nos han creído como para convencerse de que aceptaríamos sin más no solo la independencia, sino que lo hagan a base de mentir sobre el resto de españoles, colgándoles los sambenitos conocidos, mientras a las personas que de verdad deberían eliminar son precisamente sus dirigentes, de los que se ha comprobado se han dedicado a enriquecerse a costa de su dinero? Que en estos momentos España entera se beneficie de la exigencia de los catalanes reclamando su independencia acogiendo a las empresas que desde allí deciden ubicarse en otros lugares del Estado, entendemos que es lo menos que puede devenir de una situación preocupante por los derroteros que han escogido para exigir sus demandas. Si además vemos que sus dirigentes lo hacen con urgencia, todos sabemos el por qué, ya que, de conseguir la independencia, no serían juzgados por la justicia española, y saben con total certeza que acabarían con sus huesos en la cárcel.