miércoles, 5 de abril de 2017

QUE TRABAJEN POR NOSOTROS QUE PARA ESO LOS ELEGIMOS

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Aunque no se trata de una técnica a estrenar y sí de un intencionado interés porque sean otros los que les hagan el trabajo o parte de él, la realidad es que entre determinada clase política empieza a imponerse la idea de invitar a la ciudadanía a salir a la calle a protestar por cualquier cosa. De hecho, lo de menos es el objetivo, la razón, porque lo que de verdad les interesa a estos partidos es meter jaleo, inquietar porque sí, aprovecharse de la necesidad de muchos de nosotros con fines políticos. Así, cada vez que tenemos la oportunidad de asistir a la invitación de algún partido, escuchar la invitación a manifestar nuestra opinión en la calle es lo que se lleva. Eso sí, las arengas son incendiarias y animan hasta al más tranquilo de los asistentes, por lo que no es de extrañar que al menos por ahora el éxito les acompañe allá donde quieran citarse con los vecinos más quejosos. En realidad, ellos o ellas no acuden; como mucho, algún compañero de partido de menos importancia mediática es quien se responsabiliza del desarrollo de la manifestación y de su posterior éxito, porque su papel se limita exclusivamente a inquietar, a motivar, a animar a salir a la calle. Luego, ya se sabe, las consecuencias que puedan derivarse de la puesta en escena en la que hemos participado, que recordemos pueden ser realmente duras si tenemos en cuenta que en vigor sigue la Ley Mordaza y sus multas son prohibitivas, las pagan siempre los mismos, y les podemos asegurar que ninguno de quienes las convocaron. Por eso nos referíamos a esta peculiar manera de conseguir que irrumpamos en la vía pública con una pancarta en la mano a reclamar lo que sin duda nos pertenece, porque quienes de verdad se benefician del impacto mediático que se consigue son ellos, es decir, los que hacen las declaraciones y aparecen en televisiones y periódicos.

A ustedes y nosotros nos seguirán abandonando como fardos en dársena. Es más, ¿alguien puede decirnos cuál es el trabajo que ha realizado alguno de los que aquí consiguieron su escaño gracias a nuestro voto? ¿Se han preocupado de nuestros problemas de viabilidad como sociedad productiva que demanda legítimamente los equipamientos propios con los que otras provincias superan anualmente sus rentas por habitante, al tiempo que les dignifican como personas y se desenvuelven con más comodidad que nosotros? Ya sabemos, por ejemplo, que para 2023 el AVE llegará a Almería, que para eso se lo ha dicho en la cara a sus autoridades el ministro de Fomento. Antes, Granada, a la que le faltan solo unos kilómetros y la ubicación definitiva de la estación. ¿Alguien ha oído algo de Jaén? Sí que es verdad que nos han visitado varios ministros y que, invariablemente, recorren los doscientos metros de vía para el AVE que se construyeron próximos a Linares-Baeza, pero no avanzan. Ahí se quedaron para usarlos en ocasiones especiales en las que la propaganda política es necesaria para aumentar la popularidad del ministro de turno o del cuestionado  Gobierno. Otro tanto de lo mismo lo vemos en las inversiones previstas por el Estado para Cataluña, confirmándose que el que no llora, no mama. Ya puestos, a lo mejor lo nuestro, nuestro futuro, pasa por una declaración unilateral de independencia; primero, de Andalucía, y, posteriormente, de España. Quién sabe, a lo mejor acertamos en el análisis y sea entonces cuando de una vez se nos escuche. Desde luego, mantenernos con los brazos cruzados y esperar a que vengan a solventarnos los grandes y graves problemas de nuestra provincia, no es la solución. Tampoco lo es hacerle el trabajo a quienes a estas alturas deberían haber dimitido por su incapacidad y nulo rendimiento desde que fueron nombrados.