Desde el 1 de enero de 1986, nuestro país forma parte
de pleno derecho de la Unión Europea. Desde esa fecha hasta hoy, justo cuando
celebramos el Día de Europa, es evidente que se han sucedido infinidad de
acontecimientos sociales de gran importancia especialmente para nosotros, que
recordemos acudimos a la integración casi con una mano delante y la otra detrás.
Y precisamente ha sido este mismo año cuando se ha producido la única salida de
un país de la Unión, que es caso de Inglaterra, y que conocemos como el
“brexit” y que, por los que nos cuentan, no parece que por el momento esta nueva
situación esté siendo mayoritariamente compartida por sus ciudadanos. De hecho,
la devolución del dinero que deberá realizar en las cuentas corrientes de la
organización, con un montante total que supera los cuarenta mil millones de
euros, no ha sido precisamente una buena noticia para las cuentas generales
inglesas. Por otra parte, Escocia y Gibraltar han sido las más damnificadas de
esta decisión, ya que pierden legalmente su conexión y las ventajas que ésta
suponía con la Unión Europea. Es más, la primera ha vuelto a plantear un
referéndum a sus ciudadanos para independendizarse de Inglaterra porque ellos
quieren seguir unidos a Europa con todas las consecuencias. En nuestro caso,
las grandes obras que hoy disfrutamos, como es el caso de las autovías y la red
del ferrocarril, se deben en gran parte a la aportación económica solidaria de
los países que conforman la Unión. Otro dato que confirma la importancia de una
Europa Unida lo comprobamos en el hecho de que haya resultado ganador de las elecciones
francesas Macron, un político decidido a mantener a su país en la organización,
ha supuesto una importante llegada de aire fresco y renovador.
Por supuesto que lo de unirnos a la entonces Comunidad
Económica Europea, como es el caso de
compartir la misma moneda, no es asumido mayoritariamente por la totalidad de
los ciudadanos, porque recordemos que entre nosotros muchos son los que están
frontalmente en contra desde el primer día que nos unimos a Europa. Sin
embargo, los que viajan, los que mantienen relaciones comerciales con el resto
del mundo, valoran altamente la decisión y aseguran que la oportunidad que les
da el hecho de poder entrar y salir de los países de la organización con solo
mostrar el documento nacional de identidad les ha supuesto un plus tanto para
recorrer el Viejo Continente por trabajo como
por turismo. La apertura de los mercados para los productos que aquí
producimos en grandes cantidades, como es el caso del aceite de oliva o la
enorme huerta que actualmente es Almería, por ejemplo, ha servido para estabilizar
nuestra economía y poder encabezar el lista de provincias que más exportan a la
Unión. Entre las oportunidades más compartidas por los ciudadanos, las becas
Erasmus, que permiten a los universitarios españoles y del resto de Europa
acudir a centros de enseñanza en los países que les ofrecen esta posibilidad en
unas condiciones económicas muy ventajosas, lo que se ha comprobado ha influido
enormemente en la percepción que nuestros jóvenes tienen de la Unión Europea.
Lo innegable es que los futuros españoles, los que aún
gatean y los que nacerán los próximos años, se sentirán europeos de pleno
derecho y disfrutarán de políticas sociales mucho más solidarias y de más
posibilidades de empleo en condiciones de igualdad, porque es evidente que este
detalle no se ha conseguido de ninguna de las maneras. Para buena parte de
Europa, los españoles aún somos ciudadanos de tercera categoría. Ese es un gran
reto para el futuro y el papel que deben jugar nuestros representantes en las
instituciones debe ir encaminado a igualarnos con el resto de la ciudadanía en
derechos y obligaciones.