miércoles, 24 de mayo de 2017

UNA MANO DETRÁS Y OTRA DELANTE

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Le faltaba a la actualidad política la carnaza que proporciona a los profesionales de las variadas tertulias que nos encontramos al paso en cualquier televisión o radio, la elección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE y su posible, hiperbóbila o teórica unión con el partido de Pablo Iglesias, Unidos Podemos. Y se lo contamos así porque se ha convertido en viral entre estos especializados hombres y mujeres en inventar polémicas y vivir de ellas por unos meses, que abren sus comentarios, primero, menospreciando a los que han perdido, para posteriormente centrarse en que si uno ha dicho esto o aquello sobre la posible moción de censura, o que si el de la coleta ha guiñado el ojo al ex baloncestista del PSOE con clara intención de convencerlo para que se una a su proyecto, que ya sabemos no tiene otro objetivo que no sea el de expulsar de la Moncloa al actual presidente de la nación, Mariano Rajoy. Mientras, las encuestas, demoledoras por demás y que debían ser usadas por nuestros protagonistas para así objetivizar con acierto sus razonamientos, muestran que la ciudadanía, con todos sus defectos y las virtudes que les correspondan, siguen confiando en el Partido Popular. Mientras unos y otros intentan buscar una salida airosa a tanta miseria política,  en el empedrado camino que nos llevaría hacia la estabilidad del país, encontramos a cientos de imputados a la espera de la llamada a juicio de los también cientos de enjuiciamientos que en estos momentos se instruyen y que buscan a los que se enriquecieron impunemente robando dinero público. Y lo que es peor, que mientras se depuran responsabilidades por delitos de apropiación indebida, con casos tan flagrantes como la Púnica o Lezo, o lo que ocurre en Valencia o Andalucía, con el paso de los años tendremos que ocuparnos de los que actualmente hacen lo mismo que sus predecesores en el cargo, es decir, llevárselo calentito. Y es que lo que ahora se juzga o se intenta, tiene su origen en los años 2003 en adelante y, claro, conociendo lo que estos ladrones de guante blanco saben, deducen que con que solo esperen a que prescriban sus delitos todo quedará como si nada y el dinero seguirá en su poder, porque observen ustedes que los cazados con las manos en la masa, cuando son preguntados por el lugar en donde guardan el dinero robado, insisten en que no saben de qué se les habla. Ellos o ellas están limpios como ropa recién tendida y, como diría la señora Pujol, andan por ahí con una mano detrás y otra delante.


Volviendo al asunto del origen de este comentario, comprueben el desmedido interés que tienen algunos de los tertulianos más reconocidos por llevar el tema de la moción de censura a su terreno, es decir, a asegurar que el PSOE está a punto de unirse a Podemos, aunque, eso sí, siempre que sea Pedro Sánchez el que la encabece y el que, en caso de prosperar, presida el gobierno que se forme. En esa diatriba nos encontramos en momentos tan críticos para un partido que acaba de elegir un nuevo secretario general en medio de una guerra declarada entre la gestora y el resto de candidatos, y de la que, como hemos tenido oportunidad de decir en otras ocasiones, los vencedores tienen los pies de barro y mucho tendrán que batallar para conseguir consolidar su mandato y sus políticas. Y si encima llegan con ganas de venganza, de machacar a quienes no estuvieron, según ellos, a la altura de las circunstancias, el final de este desencuentro será acabar perdiendo su credibilidad, y eso en política se paga muy caro. Y solo hay que echar la vista atrás para comprobar que lo que decimos no hace tanto que ocurrió.