viernes, 16 de junio de 2017

COMO EN FUENTE OBEJUNA

Imprimir

En relación con la red vial de nuestra provincia, tanto las vías que dependen del Estado como de la comunidad autónoma, cualquier detalle que se aporte, cualquier denuncia que se haga y cualquier apoyo que encontremos en favor de su mejora debía servirnos para reclamar como una piña lo que a todas luces nos merecemos. Como ejemplo, el pasado martes, día 13, en la ciudad cordobesa de Baena tenía lugar una reunión entre la recientemente creada Plataforma Baena por la Autovía A-81 donde se expusieron  las opiniones de unos y de otros, así como el plan de actuación previsto para desarrollarlo. El objetivo no era otro que el de concienciar, sensibilizar e implicar a la sociedad baenense en lo que la plataforma entiende de justicia por razones de todo tipo, pero especialmente porque se trata de una vía de comunicación muy peligrosa. Hace un par de semanas, los ayuntamientos ligados al desdoblamiento de lo que será en su día, suponemos, la autovía del Olivar, que unirá a Linares y Albacete, y que tiene al menos diez años de historia desde su inicio, hacían lo propio, reclamando al Estado la continuación de las obras. En comparación, ¿hacemos algo nosotros por la A-4 o por la carretera que nos une con la capital, la A-311? Ni siquiera reclamamos intervenciones millonarias; en el primero de los casos, que la reasfalten; en el segundo, lo mismo. Hombre, ya puestos, si reclamáramos que la A-311 fuera desdoblada, no les digo nada lo que supondría para el crecimiento de las ciudades que dependen de ella y el futuro de la comarca, porque ya sabemos que las carreteras permiten la comunicación entre los pueblos y les hace crecer en todos los órdenes. Pero no. Lo nuestro es más de mirar, de esperar a que el milagro se produzca y alguien se encargue de reclamar en nuestro nombre. Que sí, que estamos de acuerdo en que nuestros representantes políticos son quienes directamente debían defendernos de tanta desidia, pero no seamos ingenuos y nos creamos que va a ser así.


Naturalmente que ni echándonos a la calle, ni reclamando en medios de comunicación y a través de pancartas reivindicativas conseguiremos algo, pero, oigan, por lo menos que sepan de nosotros, de nuestras necesidades y que nos den explicaciones. Los que están en Madrid, sean del partido u organización política a la que pertenezcan, que nos informen de si están reclamando en nuestro nombre; los que dice trabajar en Sevilla, lo mismo. Pero en ambos casos que lo demuestren, que no nos vengan con milongas sobre que algo se está haciendo, que tengamos un poco de paciencia, que las cosas no se arreglan de la noche a la mañana o que confiemos en su dedicación, porque sinceramente estamos hasta la coronilla de tanto desprecio y despreocupación. Que nosotros sepamos, y sabemos, el número de vehículos que discurre por estas dos vías de comunicación diariamente, la A-4 y la A-311, es lo suficientemente importante como para que por sí mismas y sin que nadie tenga que reclamar en su nombre, se pusiera en marcha la intervención de las respectivas Administraciones. Mientras tanto, que alguien con sentido común, que alguno habrá suponemos, intervenga concretamente en la A-311 y limite el peso de los vehículos que pueden circular por ella, porque mientras se mantenga como está, los vehículos de gran tonelaje aumentan considerablemente y a diario y la situación  se ha convertido en un problema de grandes dimensiones. No se entiende que camiones articulados que superan los treinta mil kilos de peso vayan y venga por una carretera que literalmente se está hundiendo por algunas zonas, que está limitada a 80 kilómetros por hora y que tiene un ancho que casi no permite el paso de dos vehículos. La decisión, por favor, cuanto antes.