La feria Multisectorial y el primer salón de la
montería ponen el punto y final de las últimas convocatorias firmadas por
nuestro Ayuntamiento, destacando la feria de septiembre, de la que, por cierto,
a estas alturas ni oposición ni gobierno han dicho esta boca es mía, con lo que
gustan unos y otros de echarse los trastos a la cabeza. Con esto no queremos
decir que se le hayan acabado a nuestros representantes las tareas a las que
enfrentarse, que siguen muchas, sino que ha llegado el momento de dejar de lado
lo lúdico y dedicarse a tiempo completo a solventar los problemas que la ciudad
acumula desde hace años… y los que le quedan. Evidentemente, el hecho de que el
trabajo realizado al unísono por los técnicos municipales y los políticos para
la consecución del DUSI haya sido premiado con más de cinco millones de euros
para los diferentes programas y actuaciones previstas, facilita enormemente la
resolución de muchos de ellos y que, por lo que nos han dicho, proporcionará un
significativo cambio a la ciudad. No obstante, si tenemos en cuenta que buena
parte de la ciudadanía no parece muy amiga de los cambios, de las mejoras de
algunas de nuestras calles y avenidas, y ejemplos nos sobran que corroboran
nuestra opinión, que nadie crea que será fácil actuar en favor de una mejor
red de saneamiento y una mejora estética del conjunto de la ciudad acorde
con los tiempos. Una de las calles más representativas es Emperador Trajano y
ahora lo que esperan los residentes de esta zona es el arreglo y mejora de Emperador
Adriano y las partes adosadas de jardines que se encuentran en el centro de
ambas, en donde se hablaba incluso de generar más espacio para aparcamientos.
Sin embargo, independientemente de que la ciudad necesite una ITV
renovadora, que pocos cuestionan, lo que mayoritariamente se demanda, y muy
especialmente el mundo laboral, son noticias que les unan a proyectos
industriales que les ilusionen y les permitan desarrollar sus proyectos
personales y familiares. Hasta ahora no ha sido posible y el reloj corre, y muy
deprisa, en contra de quienes en su día prometieron que nuestro aciago destino
cambiaría a corto plazo. Después del inmenso varapalo que supuso el fallido
proyecto de los Llanos del Sotillo, suponiendo que en algún momento de su
recorrido llegara a tener posibilidades reales de salir adelante, de ser una realidad, tal y como nos decían el
día de su presentación oficial, la clase política debe entender que la calle
está para pocas bromas. El hecho de que a estas alturas de la legislatura aún
se mantengan los mismos proyectos que se encontraron por terminar, que el
problema del puente romano siga estancado, que lo de la plataforma intermodal
camine más lenta de lo que se nos dijo en su día, y son unos ejemplos escogidos
al azar, cuando menos inquieta, y cuando se sabe que así ha sido a lo largo de
los últimos doce años. Cuando alguien afirma que Andújar es paciente, nos parece
poco si tenemos en cuenta el calvario que están pasando muchos de nuestros
vecinos. Precisamente porque tan insostenible momento se mantiene desde hace
demasiados años, porque las necesidades están más que justificadas, porque
están obligados a dar el último y definitivo empujón que nos sitúe en
plataformas con más futuro, invitamos a nuestra clase política a que, si cabe,
se implique aún más en solventar las graves consecuencias que entre nosotros ha
dejado la crisis.