jueves, 21 de septiembre de 2017

LO QUE USTEDES NOS CUENTAN SOBRE LA A-311

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Más de dieciocho mil lectores, cientos de “me gusta” y otros tantos comentarios han arropado la “Fuente Sorda” del pasado día 19. Si recuerdan, la dedicábamos a la carretera A-311, que nos une a la capital y que tantos quebraderos de cabeza y sustos nos proporciona cada vez con  más regularidad. Aunque no lo hemos hecho nunca, en esta ocasión echaremos mano de algunos de ellos (porque todos no sería posible, por espacio) con el único objetivo de hacer llegar a los responsables de esta vía el pulso real de la ciudadanía que la utiliza regularmente. Omitimos los apellidos de las personas que nos han escrito por razones de privacidad y solo publicamos lo que creemos más enjundioso para lo que nos ocupa, evitando los comentarios durísimos remitidos.

El primero, firmado por Francisco, nos dice que “la carretera, por llamarla de alguna forma, está en estado deplorable y debería cerrarse al tráfico hasta su arreglo, pues es un peligro en el estado general en el que se encuentra. Hay varios hundimientos muy peligrosos que van a provocar otra desgracia y otros tantos que van cogiendo forma, por no hablar del tráfico pesado y del agrícola, que dificultan aún más la circulación. La cantidad de ellos que hacen uso de ella, no solo para ir a Jaén o Andújar, sino, por ejemplo, de Granda a Córdoba, aumentan el tráfico pesado y provoca un deterioro más rápido de la vía, agravado por el nulo mantenimiento incluida la limpieza de las cunetas, pues hay restos de accidentes desde hace años. A todo esto hay que añadirle la mala cimentación y compactación del terreno, ya que son tierras que se mueven y blandas, por lo que todo ello ha acelerado el estado deplorable de la misma”.

Manolo hace lo propio, pero pide “responsabilidad al colectivo de los automovilistas que por esta vía circulan, quejándose de que, en general, no se respetan los límites de velocidad·. Destaca sobre todo a “aquellos que tienen la fea y peligrosa costumbre de situarse detrás de tu coche y someterte a presión para que aceleres, situación que genera un peligro añadido que debemos evitar cuantos antes”. Finalmente asegura “que estas conductas es evidente que  colaboran con la siniestralidad de esta vía”. En la misma línea, Maricarmen nos dice que “acabo de venir de vacaciones y he pasado por esta carretera, y he podido comprobar que se  circula demasiado rápido. No se respetan las señales y su estado no está para eso. Pocos accidentes pasan si tenemos en cuenta lo que yo he visto hoy”. Rosa María insiste en que “es una vergüenza que no arreglen la carretera. Muertos ya hay unos pocos, y si algunos ocurren en verano, con buen tiempo, cuando llegue el invierno las cosas se complicarán mucho más”. Cristina aseguró que “no se equivocó al comentar un día con su familia que las quejas o reclamaciones que la ciudadanía ha hecho para con esta vía no servirían nada más que para que señalizaran los innumerables baches, desniveles y socavones que se han ido produciendo en el asfaltado, como así ha sido. Se alegra del aumento de los vehículos pesados, porque son un síntoma de recuperación económica, pero no por esta carretera”. Antonio, por su parte, afirma que “a nuestros políticos se la pela, literalmente. Ellos no la usan y por tanto no les importa. En cambio, los que tenemos que cogerla a diario nos preocupa, y con el tiempo que se nos viene encima, con muchos vehículos agrícolas de por medio, el asunto me preocupa enormemente”. Rosa nos deja claro que “esta carretera es un auténtico peligro de día e incluso con buena visibilidad. Y si te llueve, la visibilidad se reduce, el asfalto se llena de barro y piedras por la actividad agrícola, lo que acaba por estrechar la carretera hasta casi desaparecer”.


Ahí quedan. Si tenemos la suerte de ser leídos o escuchados por persona con responsabilidad en esta peligrosa vía, que nos eche una mano. Es urgente.