El Gobierno parece que observa el río y su
problemática con algo de interés, por supuesto que no el que en realidad
necesita y esperamos, pero algo es algo. Lo confirma el hecho de que el lunes
tuviera a bien acercarse a la ciudad nada menos que la subdelegada para dar el
pistoletazo de salida a lo que ella entiende como actuación importante, y que
no es otra cosa que dragar su cauce, o sea, más de lo mismo, porque recordemos
que hasta ahora las últimas intervenciones
del Estado se han limitado a eso, a sacar el lodo acumulado en parte de su
cauce. De lo que de verdad nos debe importar, que no es evitar en lo posible el
riesgo de inundación que pesa sobre Andújar, nada de nada. Es más, no dudó cuando
dejó claro que una cosa son las reclamaciones de la plataforma y otra bien
distinta lo que el Gobierno tiene previsto realizar. Para que ustedes se hagan
una idea real del acto y entiendan nuestra preocupación por quiénes son las
personas que oficialmente se ocupan de un asunto que tiene una terrible
historia de inundaciones detrás, a la pregunta de la prensa sobre dónde se
actuaría en esta ocasión, la respuesta de la subdelegada quedó, literalmente,
de esta guisa: “Desde donde estamos (en el puente romano) hasta más abajo…”. Y
fin de la cita. Las conclusiones es mejor que las saquen ustedes y así nos
evitan pronunciarnos a nosotros. Lo que sí queremos que entiendan y dimensionen
en su justa medida es la estupefacción de los integrantes de la plataforma en
defensa del Guadalquivir que allí se encontraban, ya que ante una respuesta de
tan escaso rigor técnico para un tema de tanto calado social y económico, lo
menos que les supuso fue una preocupación añadida a los males que soportan
desde hace años. Es cierto que acostumbrados están a este tipo de desplantes,
de menosprecio oficial, que para eso los sucesivos subdelegados les vienen
dando muestras de ello, pero también es verdad que la actual no muestra
precisamente mucho cariño por sus demandas, que recuerden son las de todos los
que aquí vivimos, porque no son solo las zonas de la Isla, La Ropera o El
Sotillo las que están en riesgo de ser inundadas, sino buena parte de la
ciudad, como así consta en los primeros párrafos del informe oficial firmado
por el CEDEX, que es
un organismo público de vanguardia aplicado a la ingeniería civil, la
edificación y el medio ambiente, y que depende de los Ministerios de Fomento y
de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Es decir, que se trata de una opinión técnica y
objetiva.
En Andújar seguimos con atención y preocupación todo
lo relacionado con el río y las posibles consecuencias que pudieran derivarse
de la falta de atención e incluso frivolidad con la que se trata el asunto
desde los estamentos superiores del Estado. Desde el nefasto día en el que se
decidió, por parte del recién estrenado Gobierno del Partido Popular luego de
ganar las elecciones, retirar obreros y maquinaria y dejar las obras con las
que se acabaría el proyecto iniciado por el Gobierno socialista, con una
inversión millonaria y que hasta el momento ha sido la mayor y más rentable
intervención que hemos conocido, comprobamos que todo son largas, que se han
menospreciado los sucesivos destrozos que el territorio acumula y que ha
empobrecido propiedades y familias. Y atención, porque si Madrid nos ningunea,
lo de Sevilla clama al cielo. Que sí, que la Consejería está dispuesta a lo que
haga falta con tal de echar una mano, pero parece que solo de palabra, porque
de hechos andamos más bien escasos. Consecuencia: la soledad y la injusticia en
la que se desenvuelven desde hace años los afectados por las subidas del río,
que esperan con infinita paciencia y resignación que alguien les abonen las
pérdidas que les ocasionaron en sus tierras. Aunque no sabemos de sus
intenciones, sí que intuimos que la situación ha alcanzado los límites de
resistencia y aguante que están dispuestos a soportar, y que no tardaremos en
comprobar su capacidad de convocatoria ciudadana y su fuerza ante la adversidad
y la injusticia.