miércoles, 20 de septiembre de 2017

OTRA VEZ EL GUADALQUIVIR

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El Gobierno parece que observa el río y su problemática con algo de interés, por supuesto que no el que en realidad necesita y esperamos, pero algo es algo. Lo confirma el hecho de que el lunes tuviera a bien acercarse a la ciudad nada menos que la subdelegada para dar el pistoletazo de salida a lo que ella entiende como actuación importante, y que no es otra cosa que dragar su cauce, o sea, más de lo mismo, porque recordemos que hasta ahora las últimas  intervenciones del Estado se han limitado a eso, a sacar el lodo acumulado en parte de su cauce. De lo que de verdad nos debe importar, que no es evitar en lo posible el riesgo de inundación que pesa sobre Andújar, nada de nada. Es más, no dudó cuando dejó claro que una cosa son las reclamaciones de la plataforma y otra bien distinta lo que el Gobierno tiene previsto realizar. Para que ustedes se hagan una idea real del acto y entiendan nuestra preocupación por quiénes son las personas que oficialmente se ocupan de un asunto que tiene una terrible historia de inundaciones detrás, a la pregunta de la prensa sobre dónde se actuaría en esta ocasión, la respuesta de la subdelegada quedó, literalmente, de esta guisa: “Desde donde estamos (en el puente romano) hasta más abajo…”. Y fin de la cita. Las conclusiones es mejor que las saquen ustedes y así nos evitan pronunciarnos a nosotros. Lo que sí queremos que entiendan y dimensionen en su justa medida es la estupefacción de los integrantes de la plataforma en defensa del Guadalquivir que allí se encontraban, ya que ante una respuesta de tan escaso rigor técnico para un tema de tanto calado social y económico, lo menos que les supuso fue una preocupación añadida a los males que soportan desde hace años. Es cierto que acostumbrados están a este tipo de desplantes, de menosprecio oficial, que para eso los sucesivos subdelegados les vienen dando muestras de ello, pero también es verdad que la actual no muestra precisamente mucho cariño por sus demandas, que recuerden son las de todos los que aquí vivimos, porque no son solo las zonas de la Isla, La Ropera o El Sotillo las que están en riesgo de ser inundadas, sino buena parte de la ciudad, como así consta en los primeros párrafos del informe oficial firmado por el CEDEX, que es un organismo público de vanguardia aplicado a la ingeniería civil, la edificación y el medio ambiente, y que depende de los Ministerios de Fomento y de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Es decir, que se trata de una opinión técnica y objetiva.

En Andújar seguimos con atención y preocupación todo lo relacionado con el río y las posibles consecuencias que pudieran derivarse de la falta de atención e incluso frivolidad con la que se trata el asunto desde los estamentos superiores del Estado. Desde el nefasto día en el que se decidió, por parte del recién estrenado Gobierno del Partido Popular luego de ganar las elecciones, retirar obreros y maquinaria y dejar las obras con las que se acabaría el proyecto iniciado por el Gobierno socialista, con una inversión millonaria y que hasta el momento ha sido la mayor y más rentable intervención que hemos conocido, comprobamos que todo son largas, que se han menospreciado los sucesivos destrozos que el territorio acumula y que ha empobrecido propiedades y familias. Y atención, porque si Madrid nos ningunea, lo de Sevilla clama al cielo. Que sí, que la Consejería está dispuesta a lo que haga falta con tal de echar una mano, pero parece que solo de palabra, porque de hechos andamos más bien escasos. Consecuencia: la soledad y la injusticia en la que se desenvuelven desde hace años los afectados por las subidas del río, que esperan con infinita paciencia y resignación que alguien les abonen las pérdidas que les ocasionaron en sus tierras. Aunque no sabemos de sus intenciones, sí que intuimos que la situación ha alcanzado los límites de resistencia y aguante que están dispuestos a soportar, y que no tardaremos en comprobar su capacidad de convocatoria ciudadana y su fuerza ante la adversidad y la injusticia.