Sin duda, uno de los programas
que más éxito tiene, de entre los habituales de nuestra emisora, es “Buenos días,
buena gente”, que se emite desde las 8 de la mañana hasta las diez, aunque en
sus inicios lo hacía desde las 7. Quizá por el gran apoyo de la audiencia, por
la sencillez de su formato y por la sinceridad con la que se realiza, ayer
cumplió nada menos que 37 años. Evidentemente, alcanzar tal número de años sin
faltar un día a la cita, supone un esfuerzo por ambas partes, es decir, por los
amigos que lo siguen y por quienes lo ejecutan. Su particular historia se
remonta a finales de 1980 y tuvo lugar en Radio Jaén. Fue entonces cuando la
dirección decidió incorporar una serie de programas que abrieran paso a “Los
Cuarenta Principales” y lo cerraran. En el caso de las mañanas, la
responsabilidad del programa recayó en Javier, un locutor madrileño de verbo
fácil y entrega al completo, que lo comenzó llamándolo “Café con Leche”, quizás
por lo de la hora en la que debía acudir a la emisora. Unos meses después llegó
a mí y desde entonces y hasta hoy, con ausencias justificadas, no hemos faltado
a la cita. Lo iniciamos en la capital, como hemos dicho, y con él nos vinimos a
desarrollar nuestra labor en Andújar. Y ha sido aquí donde se ha consolidado
una forma de hacer radio que pocos conocían, desenfadada y muy cercana, y que,
y a las pruebas nos remitimos, ha terminado siendo uno más de la familia,
aceptado sin casi condiciones por parte de una gran mayoría de los oyentes. Por
supuesto, el hecho de que nuestra emisora sea escuchada en toda la provincia y
contar con una audiencia en toda ella muy importante, ha sido determinante para
que el programa con el que la emisora abre la programación matinal disfrute de
un seguimiento muy generalizado.
Por supuesto, el que Radio
Andújar no dependa de ninguna cadena y, por tanto, pueda y deba llenar de
contenido las 24 horas del día, nos obliga a mantener la ilusión por lo que
hacemos a lo largo de toda la jornada. Queda claro que el hecho de ser tan
diferentes al resto es evidente que nos ha servido para situarnos en niveles de
credibilidad y audiencia que para sí quisieran los grandes consorcios
radiofónicos del país, y todo porque no valoran la programación local y se
dedican casi exclusivamente a lo nacional. La tarea de una radio local como la
nuestra, no obstante, se circunscribe a lo que nos debe interesar, que no es
otra cosa que lo que acontece a nuestro alrededor, y a mantener un hilo directo
permanente con la sociedad a la que pertenece. Otra cosa es lo que hagamos
bien, aunque les tranquilizaremos diciéndoles que el nivel de autoexigencia de
quienes componen este medio de comunicación es muy alto y que para confirmarlo
intentamos mejorar cada día.