viernes, 3 de noviembre de 2017

CONOCER NUESTRO VEHÍCULO, UNA OBLIGACIÓN

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Efectivamente, como algunos de ustedes bien nos apuntan, reducir la accidentalidad sigue siendo el objetivo de estos comentarios de fin de semana. Y en esas estamos también hoy, para recordarles la ineludible obligación que todos los usuarios tenemos de poner en práctica el uso del coche de la forma menos invasiva posible cuando en el camino nos encontremos con otros conductores. Y les decimos esto porque, lo crean o no, no faltan los que gustan de presionar, de colocarse detrás de nuestro vehículo con intención de empujarnos, de echarnos fuera de la carretera con tal de adelantarnos. Por si alguien lo duda, lo confirma el hecho de que, en la suma anual de los accidentes de tráfico más habituales, la presencia en la estadística de los alcances entre vehículos destaca por el gran número que se contabiliza. Y los que crean que se trata de un accidente de poca trascendencia, se equivocan; al contrario, el golpe dado por detrás, dependiendo, claro, de la velocidad con la que se produzca, suele resultar gravoso para los usuarios del vehículo alcanzado, sobre todo por los problemas de espalda y de cuello que devienen del impacto. Que alguno de ellos necesite la baja médica, además de  rehabilitación y de collarín durante meses tampoco es tan extraño y debería servirnos de excepcional ejemplo para, con nuestra actitud, evitarlo.       

Y si existe un tiempo meteorológico que demande especialmente atención para mantener la distancia de seguridad, desde luego es el que se espera a partir del domingo, es decir, lluvia, bajas temperaturas, niebla, hielo… Incorporarnos a la circulación sin contar con este detalle y, por otro lado, hacerlo sin haber caído en la cuenta de que las condiciones climatológicas le exigen un esfuerzo extra a nuestro coche es cometer un grave error. Volvemos a repetir que nuestro vehículo no es otra cosa que un gran mecano de entre cuatro y cinco mil piezas que, ensambladas por el hombre y los robots, nos proporciona seguridad y comodidad en los desplazamientos, pero que, como toda máquina, exige un seguimiento y cuidado concreto al que debemos responder invirtiendo permanentemente en la mejora de sus componentes. Y es en estaciones como el otoño y el invierno cuando necesita más de ellas, ya que si imprescindible es contar con unos neumáticos en buenas condiciones el resto del año, en esta época es que son sencillamente imprescindibles para circular, como lo es que el diagnóstico sobre la suspensión general del auto responda a los controles técnicos habituales. Es así de sencillo.

Actualmente, con los vehículos tan bien preparados como los que disfrutamos, con las carreteras en general en muy mal estado, con la cantidad preocupante de controles de velocidad fijos y móviles con los que nos encontramos al paso, con la cantidad de automóviles que circulan al mismo tiempo que nosotros y el precio de los combustibles,  los valores del buen conductor han cambiado radicalmente y le exigen coherencia y responsabilidad, porque desgraciadamente se nos olvida que somos también responsables de lo que les pueda ocurrir a los otros usuarios.