Los temporales de agua y
nieve, a los que acuden normalmente las densas nieblas, nos van a acompañar a
lo largo de este invierno participando activamente en la seguridad de nuestros
desplazamientos. Dependiendo de cómo los afrontemos, así nos irá el viaje.
Evidentemente, las inclemencias climatológicas influyen y mucho en los
desplazamientos que hagamos con nuestro coche y no tenerlas en cuenta incluso
antes de preparar el viaje puede acabar constituyendo un grave error por muchas
razones, aunque destacamos la posibilidad de quedarnos en la carretera
detenidos por nevada intensa o derrapar a causa del agua estancada en la
carretera, lo que se conoce como “aquaplaning”, del que podemos salir en
situación de peligro por el descontrol que nos ocasiona. Naturalmente, si antes
de salir a la carretera comprobamos el dibujo de los neumáticos, eso que
ganamos. Y más si los cambiamos porque su desgaste es manifiesto. Y si no, para
eso está el diagnóstico del profesional. Cuando es la niebla la que se
convierte en un peligroso enemigo, los que creen que porque su vehículo monta
el equipo óptico adecuado, se equivocan. Primero, porque los antiniebla no nos
permiten ver más; lo que sí hacen es avisar de nuestra presencia a los que
vienen de frente, lo mismo que el papel que juega la luz o luces traseras
específicas para niebla, que nos hace visibles a quienes nos siguen. Lo que sí
es fundamental es que funcione completo, que no circulemos con alguno de sus
elementos fundidos, ya que inducimos a error al resto de usuarios.
Los coletazos que nos han
dejado las nevadas de los días pasados y el comportamiento de muchos de los
usuarios que se vieron atrapados en la carretera a lo largo de muchos días,
luego de ser analizados por los técnicos de Tráfico, nos llevan a la conclusión
de que existe una responsabilidad oficial evidente y no menos la que tuvo en
esta crisis la empresa concesionaria de la AP-6, pero que los conductores
tampoco estuvieron a la altura de las circunstancias es un hecho. No es posible
que, con la que estaba cayendo y
tratándose en casi su totalidad de conductores residentes en la zona, es decir,
acostumbrados a situaciones meteorológicas parecidas, no tuvieran en cuenta
detalles tan importantes como circular con el depósito de combustible casi
agotado o sin agua… No es necesario, desde luego, el “kit” de supervivencia que
Tráfico quiso que lleváramos en el coche, pero cuando menos lo que sabemos que
puede resultarnos imprescindible en situaciones de riesgo como las que
sufrieron en plena nevada y sin poder circular. Por supuesto, aceptamos que
hubo falta de información por parte de los responsables, pero existe un código
entre los usuarios que no es necesario que se publique y que de hecho salva
vidas en situaciones tan extremas. Y lo peor, que es muy sencillo, puesto que
se trata de hacerle un hueco a un cargador del teléfono, circular con el
depósito de combustible más de medio, incorporar agua, algo para picar y alguna
manta. Ya decimos, se trata de elementos que podemos ubicar en el maletero e
incluso en el interior del vehículo y que no mermarán su capacidad de carga.
Además, si viajamos con menores, detalles que pueden resultarnos intrascendentes,
sin embargo, acabarán siendo un problema
añadido.
Por todo esto, que cada cual
cargue con la responsabilidad que le toca. Luego, que reclamen lo que entiendan
merecen por los malos momentos que pasaron en el tapón de la AP-6. Si tenemos
que sacar conclusiones y consejos, nada mejor que no nos vuelva a pasar. La
nevada y la parada de horas, sí, pero de ninguna manera en las mismas
condiciones.