jueves, 18 de enero de 2018

LAS PROMESAS SE CUMPLEN TAMBIÉN EN LA OPOSICIÓN

Imprimir

Aunque son muchos los años que acumulamos trabajando muy cerca de la clase política, seguimos extrañándonos de algunos de sus comportamientos por injustos e incongruentes. El ejemplo lo tenemos en la aprobación del presupuesto para 2018 de nuestro Ayuntamiento, que ha necesitado del esfuerzo de la totalidad de los funcionarios y el de los políticos con responsabilidad de gobierno, porque recordemos que la confección de las cuentas generales no es cosa sencilla, ya que no solo se trata de sumar la partidas de las diferentes delegaciones municipales y sí de ajustar los números a las necesidades reales de la Administración local, donde los ingresos previstos por impuestos se unen a los que le llegarán a lo largo del ejercicio procedentes de las Administraciones nacional, autonómica y provincial. Es más, si se ha hecho bien el trabajo, hasta puede que llegue de Europa, de los diferentes fondos previstos para echar una mano a los ayuntamientos; en nuestro caso, el DUSI, que permitirá a nuestra ciudad modernizarse en los apartados previstos y obligatorios que ya conocemos. Pues bien, luego de tanto esfuerzo, compartirlo con los compañeros de Corporación para buscar el consenso que necesita su aprobación es lo inmediatamente posterior, y es aquí precisamente donde nos encontramos con el primer y casi único escollo, puesto que la negativa impone sus condiciones y no admite florituras. Sencillamente, oponerse a la totalidad es lo que se lleva en este tipo de encuentros y no hallaremos, ni aquí ni en Constantinopla, un grupo político que por las buenas y sin  nada a cambio apruebe las cuentas de su oponente.

Negar todo, no aceptar ninguna partida por muy bien desarrollada que esté, es lo habitual. Y el lunes no otra cosa ocurrió en el salón de plenos de nuestro Ayuntamiento. Y no es que nos extrañe, porque siempre ha sido así, cuando gobernaban otros grupos, pero sí que percibimos intenciones malsanas injustificadas, porque a estas alturas lo de menos es que se devuelvan para su corrección unos presupuestos, sino las formas, que es algo que no deja de sorprendernos. Aunque la política aseguran que obliga a estar en permanente enfrentamiento a las partes, es decir, oposición y gobierno, creemos que antes debía colocarse en el lugar que le corresponde a la ciudad por la que dicen luchan, encontrar fórmulas no tanto de aproximación de ideología como de intereses colectivos, teniendo siempre en el punto de mira a la ciudadanía que ha confiado en quienes les anunciaban mejores tiempos. ¿Creerán de verdad nuestros políticos que con su actitud de rechazo y enfrentamiento conseguirán el respeto de sus incondicionales? ¿No sería mejor presentar, al final de la legislatura, una historia de apoyos, de decisiones compartidas, de luchas por la consecución de objetivos comunes, de trabajo resuelto…?


Desde luego, lo que vimos el lunes a lo largo del desarrollo del pleno del presupuesto no anuncia ni de lejos que algún día pudieran acogerse a la idea que les exponemos, pero al menos nos queda la satisfacción de dejarles por escrito que no nos gustan ni las formas ni el fondo, que Andújar necesita la implicación de todos para ponerla en un mercado en el que ofertar desde los terrenos industriales que aportaría a las empresas que quieran venir a nuestro territorio hasta nuestras posibilidades turísticas. Los tiempos que corren, difíciles por demás, no esperan a quienes dedican la mitad de sus esfuerzos a realizar lo que otros colectivos acaban en menos de la mitad de tiempo. Eso es lo que necesita Andújar, una clase política consciente de su papel y de su responsabilidad en el viaje hacia el futuro mejor que nos prometieron. Y es que no solo se deben cumplir las promesas electorales desde el gobierno; también se pueden y deben cumplirse desde la oposición.