Con la finalización de la feria multisectorial y el
salón de la caza, este último con polémica política de por medio, la ciudad se
prepara para el desarrollo del EDUSI, que se ha convertido en la referencia política
y ciudadana una vez asumido que la inversión de aproximadamente cinco millones
de euros será como un aldabonazo a los legítimos deseos del equipo municipal
gestor de nuestro futuro con respecto al equipamiento y al mejor del aspecto de
la ciudad. La multisectorial ha conseguido su objetivo de servir de gran
mercado a quienes venían a encontrar en ella los fabricados que necesitaban en
sus respectivos negocios. Sabemos que se han conseguido infinidad de
transacciones comerciales y que esto proporciona a esta cita un marchamo de
imprescindible que solo consiguen las citas que han conseguido credibilidad
comercial a base de constancia, buena organización y atención a los
expositores. El hecho de que los recintos,
cerrado y abierto en la avenida de Lisboa, hayan sido visitados por
miles de personas a lo largo de los tres días de desarrollo, confirman que ha
alcanzado un nivel de popularidad más que suficiente para que las empresas
dedicadas a los sectores que en este recinto se concentran, la tengan en cuenta
cuando programan su presencia en los diferentes encuentros feriales. Sin
embargo, el salón de la montería que se celebra paralelamente ha sufrido un
intento de boicot que deseamos sinceramente retrate a los actores de esta
pésima película. Las declaraciones de la concejala Encarna Camacho, que son una
denuncia en toda regla en contra de los representantes del Partido Popular en
nuestra ciudad, no deja dudas en cuanto a quiénes han idos los actores
principales y quiénes los que han respaldado semejante disparate.
Admitimos que la envidia, la pelusilla o como quieran
llamarle ustedes, acabe jugándonos una mala pasada cuando comparamos nuestro
trabajo e incluso nuestro físico con los demás, pero en ningún caso que una
organización política quiera dañar a la ciudad a la que luego le pedirán el
voto para, dicen, defenderla y auparla a cotas de mayor prestigio y futuro.
Eso, además de ser un terrible error, no deja de ser una canallada. Se entiende
que no todos estamos preparados para aceptar de buena gana que tu competidor
político te saque ventaja justo cuando a las elecciones municipales se acercan
imparables, pero en ningún caso se debe usar de artimañas y mentiras de corto
recorrido que solo tengan como objetivo echar abajo no tanto el sueño de un partido
político, que también, sino el de una ciudad que ha estado sumida muchos años
en un estado catatónico del que ahora parece que despierta. Veremos en qué
queda este turbio asunto, pero desde luego que no pinta nada bien. A lo que no
debemos renunciar es a escuchar las explicaciones que estamos seguros darán los
denunciados una vez hayan comprobado que el supuesto acoso y derribo organizado
en contra del salón de la montería que han protagonizado ha sido descubierto y
dado a conocer a través de los medios de comunicación. Esta vez, evidentemente,
harán falta algo más que las mentiras habituales para escurrir el bulto; ahora
parece que va en serio. En definitiva, que a algunos los han cogido con el
carrito del helado y deberán pagar lo que hayan roto. Entre otras cosas es
hasta posible que parte de la fe que habían obtenido a lo largo del tiempo que
llevan en política, y que, por cierto, su precio está por las nubes. Lo dicho,
que la clase, el estilo, en política, también es fundamental.