El Ayuntamiento
de Baena, en Córdoba, sindicatos, asociación de
comerciantes y el pueblo comprometido con su futuro, se unieron en un proyecto
común con el objetivo de conseguir de la Junta de Andalucía el desdoblamiento
de la carretera nacional 432, al menos en el tramo que va desde Córdoba a
Granada, que acumula problemas de tráfico de todos los colores y muy especialmente
de accidentalidad. Para ello han cumplido a rajatabla con un calendario de
actuaciones que les ha llevado a infinidad de manifestaciones, de cortes de
esta carretera, plenos municipales denunciando lo que entendían era un olvido
de la Administración autonómica, etc.
Pues bien, lo han conseguido.
Así de sencillo. La Junta ha dicho sí al
inicio del estudio que finalizará con una nueva vía de comunicación de categoría de autovía.
Que ya sabemos que sencillo no va a ser y que es hasta posible que se haya
tratado del habitual postureo político que suele acompañar a este tipo de
declaraciones institucionales, pero que algo es algo y que los trabajos de
estudio y replanteo se han puesto en marcha. ¿Y por qué les comentamos esta
noticia? Sencillo, porque nosotros, que somos mayoritariamente los que
utilizamos diariamente la carretera A-311 que nos une con la capital, aún no
hemos sido capaces ni siquiera de conseguir que se realicen los trabajos
previstos desde mayo pasado, con un inversión de un millón de euros. Si acaso,
aunque no estamos del todo seguros, parece que se está estudiando estos días
limitar el peso de los vehículos que circulan por ella, que sabemos evitaría el
enorme peligro que representa cruzarse con esta clase de monstruos con ruedas y
conductores decididos a no aceptar las limitaciones de velocidad establecidas
en esta vía.
Nosotros
nos mantenemos en la idea de que se
podía haber hecho más por una carretera más segura y con mejor estado de su
firme y trazado, y que no ha sido posible porque no se nos ha respetado como
comunidad. Ocurre lo mismo con la N-IV,
con la autovía, que nos define como término provincial a lo largo de todo su
recorrido, es decir, que cuando se llega a Santa Elena el conductor asume que
ha llegado a Jaén y que el mal estado de la vía lo llevará hasta la ciudad
cordobesa de Villa del Río y lo mismo a la inversa. Evidentemente, lo de acudir
a la barra del bar con la demanda de unas vías de comunicación acordes con el
tráfico que soportan a diario no es lo mejor, pero por el momento no hemos sido
capaces de cambiar de lugar. Por
supuesto que no tratamos de arengar a nadie para que se eche a la calle y grite
la reclamación de unas carreteras mejores y más equipadas, pero sí que
queremos dejar constancia de que, cuando entre todos se lucha por la
consecución de un objetivo justo y posible, lo más lógico es que se
consiga algo, aunque sea solo molestar a quienes son políticamente responsables
de no hacer nada. Entre nosotros, el hospital es una buena muestra de empeño y
solidaridad de una ciudad y una comarca.