Una vez finalizada la convocatoria firmada por la
asociación “Andújar está de moda”, que ha sido apoyada masivamente por la
ciudad y las personas que han venido a conocer lo que en ella se exponía desde
ciudades de la comarca, Andújar se pliega alrededor de sus intimidades y hace
el milagro de convertir el otoño en primavera, porque recordemos que en nuestra
ciudad siempre es abril. No tardaremos en asistir, por tanto, a los pregones de
las diferentes peñas con la patrona como origen y fin, al tiempo que
peregrinaciones a pie, sobre mulos y caballos o por carretera. Detrás han
quedado días de vinos y rosas, de sueños empresariales conseguidos y de
trabajos políticos culminados con éxito. Y como de todo el ser humano debe
aprender para cuando convenga repetir el éxito, tanto la cita de la feria
multisectorial como el salón de la moda andujareña abierta de par en par en la
plaza de España, están obligadas a reconducir los defectos detectados, que ha
habido, y asentar con decisión y rigor los legítimos deseos de una ciudad que
desde hace años quiere recuperar los tiempos de esplendor perdidos y que no
acaba de conseguir del todo. Evidentemente, se han dado grandes pasos hacia el
éxito tanto de la Administración local como de su empresariado, pero extraña
que aún mantengamos entre nosotros a quienes parece que reman en dirección
contraria. Y extraña porque los tiempos en los que solo mandaba uno y hacía y
deshacía como lo creía mejor, han dejado paso a una situación en la que
prosperar en política se basa exclusivamente en las posibilidades reales de las
personas y su capacidad de entrega y trabajo. Por supuesto, los resultados de
tal esfuerzo deben ser conocidos y valorados por quienes finalmente son los que
quitan y ponen a quienes serán sus gestores, es decir, los ciudadanos. Por eso,
porque es la gestión lo que se valora, lo que de verdad se tiene en cuenta por
parte de la ciudadanía, es por lo que algunos de los nuestros necesitan un
urgente reciclaje que les pongan al día y que eviten situaciones tan extrañas
como absurdas.
En el caso del salón de la moda al aire libre que
hemos tenido la oportunidad de compartir y disfrutar, porque lo hemos vivido
desde dentro, porque conocemos el gran esfuerzo que han protagonizado unas
mujeres valientes convencidas de que Andújar tiene más posibilidades de las que
realmente muestra estos años, podemos afirmar que han conseguido alcanzar la
segunda edición de un evento no sin dificultades y que solo tiene un objetivo:
salir con su moda, con sus fabricados, a la calle y mostrarlos de forma
dinámica sobre una pasarela que, por cierto, confirmó la gran belleza estética
y monumental que encierra la plaza de España. Ni la meteorología, que les ha
hecho alguna que otra mala jugada, ha podido en esta ocasión con su ímpetu. Han
solventado todos los contratiempos que les han surgido, y les aseguramos que no
han sido pocos, y es que cuando el convencimiento supera la decepción, cuando
entienden que no están solas, que a su alrededor andan gentes válidas capaces
de ponerse a su lado y trabajar por la consecución de su objetivo, llegar a la
meta es posible. Y sí que lo han conseguido. Canalizar lo realizado en esta
ocasión, con un público entregado y deseoso de comprobar de cerca la calidad de
la moda y complementos que han visto en la pasarela, añadirá valor a un
encuentro festivo que hemos vivido con intensidad. Ahora vendrán las
valoraciones, asumir las deficiencias detectadas como inevitables y pensar en
la próxima convocatoria. De nuestra parte, enhorabuena a todas y todos los que
han hecho posible que se haya desarrollado el gran salón de la moda al aire
libre que ha vivido nuestra ciudad.